viernes, 2 de octubre de 2015

Hella

¡Buenas!
Me llamo Hella (de hecho, la palabra hell está emparentada con mi nombre y ambas derivan del anglosajón hélan o helan, cubrir, esconder; en nórdico antiguo, matar se dice at slaa ihel )y vivo bajo una de las raíces del árbol Yggdrasil.

Para ser más exactos, vivo en Helheim, la parte más oscura de Niflheim (nunca me ha gustado demasiado eso de ponerme morena...). 
De hecho la reconoceréis fácilmente ya que está rodeada de una muralla en la que se abren una o varias puertas (depende de las visitas que tenga ese día), y por los ríos sombríos de la zona, como el Slid, el cual fluye hacía el oeste a través de valles infectados de veneno, llenos de barro y espadas.  

Para llegar a mi casa, podéis acceder a través del camino Helway, como hizo el dios Hermóðr para pedirme que le dejara que Baldr se fuera con él a Asgard, a lo cual me negué por varios motivos que ya os comentaré más adelante a través de este blog....
Teniendo en cuenta que Baldr llegó a lomos de Sleipnir (famoso caballo con ocho patas de Odín) en 9 días y 9 noches, que el camino es de bajada, dirección siempre hacia el norte, y teniendo en cuenta los coches de hoy en día, yo creo que podríais llegar incluso antes. 

Si no tenéis demasiada prisa y no os va el deporte o no sois justamente un ejemplo de persona virtuosa, os puedo venir a buscar y llevaros hacia mi humilde morada. 
Me reconoceréis fácilmente ya sea porque mi perro Gnapapellir os avisará de mi llegada, o veréis a mi corcel y/o cabra de tres patas blancas acercarse. También os debo advertir que para luchar contra la monotonía de guiar a los difuntos hacia mi hogar, en ocasiones me disfrazo de buey y voy de granja en granja para buscarles. Debo decir que no lo suelo hacer en demasiadas ocasiones ya que me deja muy mal aliento. 
Tampoco suelo hacerlo demasiado ya que en ocasiones me han ofrecido una medida de avena a cambio de su vida, y como bien sabréis, a los bueyes, a los caballos y a las cabras les encanta la avena ... 
Así que hacia la mitad del siglo XIV, cuando la Peste Negra que asoló Noruega y otras regiones de Europa, tuve que cambiar de estrategia y hacerme pasar por una vieja hechicera y recorrer el reino de parroquia en parroquia con un rastrillo o una escoba (la verdad es que esta era más efectiva) para hacer mi trabajo.  

Mi casa es lo suficientemente grande para acoger a todo el mundo, aunque debido a que Odín siempre se me adelanta a la hora de recoger los muertos en combate (yo creo que visualiza con ellos las batallas una y otra vez en el Valhalla como si se tratara de un partido de fútbol), siempre me toca quedarme con los poco virtuosos, muertos de forma no honorable, adúlteros, traidores, etc... o los que mueren de enfermedad o vejez. Si tuviera las dos piernas sanas en vez de tener una de hueso que se desmonta cada 3 pasos veríamos quien se quedaría la peor parte...
Aunque bueno, debo reconocer que por aquí también han pasado celebridades como 
Baldr cuando fue asesinado por HöðrSigurd el cual mató a Fafner también al ser después asesinado por Gunnar o Brynhild la cual llegó en su bello carro, tras haber sido quemada en su pira funeraria.
Gracias a estas visitas importantes y la información sobre el pueblo escandinavo que he ido acumulando durante los siglos (y sí, la llegada de las nuevas tecnologías también ha tenido su peso...), ya sea conversando con mi huéspedes o simplemente con las notas que han tomado mis sirvientas durante las noches de charlas en bancos con los moribundos, he decidido crear este blog en el cual os iré informando semanalmente sobre las costumbres, tradiciones, arte, gastronomía, etc... de los pueblos nórdicos entre el siglo IX y el XI. 
También os iré presentando y contando cotilleos de las Eddas y sus personajes principales para que vayáis conociéndolos mejor. 

Espero que disfrutéis tanto como yo al escuchar los relatos de mis invitados.

Hasta pronto :)


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